Another World
Desperté en un lugar casi paradisíaco y virgen, el viento despeinaba mi pelo y acariciaba mi cara, No recuerdo absolutamente nada acerca de como llegue aquí y de mi solo se que me llamo Stephen Squareson. Me levante de la arena y me dirigí a la zona boscosa en busca de gente o respuestas y tras casi 4 horas de exploración no encontré nada.
Empezaba a caer la noche, tenia que prepararme para el frió y la vida animal del lugar así que decidí construir un refugio como pude, era bastante primitivo, apenas se mantenía en pie. No podía conciliar el sueño debido al rugir de las tripas de mi estomago, me estaba consumiendo por dentro así que con un trozo de madera fabrique una lanza y salí de cacería. Para mi suerte a un par de kilómetros de mi refugio había una especie de cerdo, se me hizo curioso ya que no es el lugar propio de un cerdo, pero no le di importancia y sin pensarlo 2 veces lo empale con mi lanza. Mientras volvía a mi refugio con mi delicioso botín escuche un rugir de entre las sombras, pensé que quedándome en silencio lo sortearía pero no, note como se acercaba y salí corriendo, era una criatura de lo mas extraña, nunca había visto algo así, caminaba a 3 patas, era verde y escamosa, lo ultimo que escuche fue una explosión que provoco una gran luz verde, la criatura se había volatilizado.
Llegue a mi refugio y empece a cocinar al cerdo en mi hoguera, comí algo y me dispuse a dormir, tenia que tener fuerzas para reforzar el refugio al día siguiente no vaya a ser que me ataque otra criatura como la de antes. Me levante a la mañana siguiente y salte de mi improvisada cama en busca de materiales, a lo lejos divise la entrada de una cueva y para mi suerte en la entrada se hallaba un pico bastante viejo, me serviría para extraer roca y usarlo de defensa en caso de que se presente otra criatura como la de anoche, me adentre el la oscuridad de la cueva iluminado por mi antorcha y me dispuse a picar cuando a lo lejos veo un claro todo cubierto de una especie de material grueso y elástico bastante resistente que inmediatamente guarde en mi pequeña bolsa hecha con la piel del cerdo, cuando fije mi vista me encontré con su dueña mirándome con sus ocho ojos, era una araña del tamaño de 2 perros, luche con ella como pude hasta que con el pico atravesé su duro cráneo recubierto por un negro caparazón. Ya habían pasado tan solo 24 horas desde que desperté en este lugar y ya tengo un refugio mas o menos digno algo mas robusto que el anterior, aun quedaba cerdo de ayer así que mientras comía desarrolle unos planos para elaborar armas primitivas y lanzarme a explorar este curioso lugar. En mi poder tenia un arco y flechas y un hacha que parecía del paleolítico, pero era todo cuanto tenia.
En la noche empece a caminar en la oscuridad de la selva alumbrado tenuemente por la luna, los ruidos del bosque me envolvían al igual que el miedo envolvía mi corazón. En uno de los claros había una jauría de lobos los cuales decidí evitar por su ventaja numérica así que seguí caminando entre los arboles hasta que a lo lejos lo vi, unos ojos brillantes como el sol que se cruzaron con mi mirada y automáticamente salieron en dirección contraria, por primera vez encontré algo en este dichoso lugar que no quería matarme así que fui corriendo tras el. Al par de minutos encontré otro claro, en el suelo yacían 2 esqueletos de otros aventureros que seguramente igual que yo se perdieron en esta isla, de repente una luz siniestra los empezó a envolver y se levantaron con vida de nuevo, me apuntaron con sus arcos y empezaron a dispararme, con movimientos ágiles de mi hacha desvié las flechas y les di muerte definitiva a esos bastardos, desgraciadamente una de las flechas rozo mi hombro, estaba perdiendo sangre no podía permitírmelo, así que me concentre en buscar un riachuelo para limpiar la herida y curarla.
A unos cuantos metros al este de mi posición se encontraba un rio según el mapa que tenia uno de los desgraciados aventureros a los que acababa de dar muerte. En cuanto llegue me tire de rodillas y empece a limpiar la herida pero una vez mas no estaba solo, del agua emergió un ser marino con muchos tentáculos que me envolvieron y me llevaron a la profundidad, yo intentaba defenderme pero el oxigeno se me escapaba, todo se volvia negro por segundos...
Lo siguiente que recuerdo es despertar en una sala de una especie de ruina antigua, cuando salí de ella por el camino principal me encontré al ser de ojos brillantes, sorprendentemente era una replica de mi mismo solo que con la piel oscura y el pelo blanco, me acerque a el mientras no apartábamos la mirada el uno del otro y de repente me dijo "Soy el dueño de estas tierras, el nigromante mas poderoso que estas ruinas han podido ver, he visto tu potencial para sobrevivir, únete a mi o muere a manos de Herobrine." De repente un recuerdo golpeo mi cabeza donde vi a este tipo robarme mis recuerdos y arrastrarme a su dimensión, alcance como pude una antigua espada de hierro que estaba tirada en el suelo y me enfrente a el con la sorpresa de que el nigromante se convirtió en un enorme dragón negro de ojos brillantes cuyo rugido se escucho en todos los confines de su mundo, alzo el vuelo y se fue, entonces comprendí una cosa, Herobrine me tiene miedo, hace bien en tenerlo.
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