Tokyo Noir
#4 Fe
Ante mi, una puerta derribada, nada mas poner un pie en el apartamento el frío envolvió mi persona, estaba todo completamente patas arriba. No era primera vez que estaba en el lugar, al ser intimo amigo de Kaiko (su propietaria) lo conocía perfectamente y no tarde en recorrer habitación por habitación en busca de respuestas, las mesas volcadas, las sillas rotas y todas y cada una de las fotografías del apartamento estaban tachadas con lo que a mi parecer era sangre, pero sin duda lo que de verdad puso cada pelo de mi cuerpo como una aguja fue lo que encontré en la habitación de Kaiko. Su cama matrimonial estaba rodeada de velas, sus sabanas estaban impregnadas en sangre y en la pared se podía apreciar un dibujo que llamo mi atención, de inmediato lo copie en mi libreta y llame a Nomura para que enviara a un equipo para que se encargara del caso, yo no entraría en el caso, al menos no oficialmente, esto ya era algo personal.
Me fui directamente a Yokai´s, el bar de mala muerte que solían frecuentar los entendidos en esta cosa, me senté en la mesa del fondo y le pedí una bebida energética a Fudo, el dueño del bar y en cuanto me la trajo no dude en sacarle conversación, los dueños de bares suelen escuchar muchas cosas, son miles los rumores que tienen que pasar por los oídos de Fudo. "Que podrias decirme de esto?" le pregunte mientras le enseñaba el boceto que había cogido de la habitación de Kaiko, nada mas mirarlo me cogió por el brazo y cerro mi libreta mientras que su cara palidecía hasta parecer el monte Fuji en el mas frío invierno. "No es lugar ni momento para hablar de esto" me dijo mientras me invitaba a pasar a la trastienda del local.
Me sorprendió que el señor Fudo me llevase a la trastienda sin siquiera conocerme, después de todo era segunda vez que me aparecía por aquel tugurio, lo cual me hacia sospechar de una posible trampa, me llevo a un pasillo enorme, no me podía creer que todo eso estuviese dentro de ese antro. A medida que avanzábamos mis pulsaciones se aceleraban cada vez mas ya que no sabia que podía haber tras la puerta que me esperaba al final del pasillo, meti mi mano en mi gabardina mientras Fudo abría la puerta por si tenia que sacar a mi querida Sally a vomitar hierro pero no encontré mas que un salón, muy elegante teniendo en cuenta el cuchitril que regentaba, me puse cómodo y baje la guardia. Tras el escritorio donde se sentó Fudo podía ver un cuadro con un texto sobre un fondo totalmente blanco "Y los Viajeros, viajaran." que no tarde nada en apuntar en mi libreta.
Fudo estaba al tanto de que ahora Danie y yo eramos "equipo" y me contó que lo conoce desde pequeño le ayudo cuando no era mas que un mocoso llorón desnudo y aunque el chaval era bastante independiente, siempre contactaba con Fudo para sacarle el culo del agua desde con problemas con chicas propios de un joven hormonado hasta problemas con la policía. Fue a partir de ese acontecimiento cuando Fudo empezó a interesarse e investigar el misterioso mundillo de los viajeros o como se empeñaba en llamarlos el, Noirwalkers. Al parecer dicho mundillo cuenta con ciertas normas y están regidas por un ente misterioso que el anciano llama "La autoridad", el misticismo con el que el anciano exponía sus conocimientos eran tan tópicos de viejo verde japones que me daba una mezcla de grima y vergüenza ajena. "Lo negro, no es otra dimensión como usted cree agente, es lo que une esta dimensión a otras varias dimensiones, simplemente es un pasillo transitorio por el que pasa alguien cuando muere antes de que su tiempo llegue, se les da la oportunidad de renacer en otra dimensión completamente distinta a la suya siempre y cuando consiga la luz que brilla en su propia oscuridad. Pero no todos quienes caen en lo negro consiguen la luz, de hecho es un muy pequeño porcentaje de personas los que logran salvar sus condenadas almas, la mayoría se quedan atrapados en la oscuridad hasta que finalmente su verdadera hora llega y mueren del todo, probablemente con el miedo de ser perseguido entre las sombras escarbando en sus corazones." Conseguí tomar nota de algunas de las chorradas que el señor Fudo dijo y pasamos a hablar del símbolo que encontré en la habitación de Kaiko.
El símbolo pertenecía a aquella secta religiosa radical de la que hable con Danie, Los Iluminados. Por razones que desconozco habían hecho una especie de ritual en el apartamento de Kaiko y de momento ella sigue desaparecida, si algo he aprendido con los años, que no son pocos es que la esperanza es lo ultimo que se pierde y si tengo que ir al mismísimo centro del vacío para encontrar a Kaiko y acabar con los imbéciles que habían jodido a Danie, así lo haré.
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