Tokyo Noir
#5 Joven
Y asi fue, se marcho sin dejar rastro, sin embargo esto no fue impedimento para continuar con mi investigación, había progresado, ahora tengo 2 nombres, los hermanos Hiroyama, ambos regentaban un burdel bastante famoso en la ciudad, hogar de cuarentones frustrados y maltratadores domésticos. Hay que ver hasta donde puede llegar la hipocresía de unos creyentes, los domingos dándose golpes de pecho mientras de lunes a sábado chorrean por unas furcias entradas en edad disfrazadas de colegialas. "Hola precioso, puedo hacer algo por ti?" me pregunto la camarera de manera sugerente, admito que no estaba nada mal, unas proporciones perfectas para mi gusto aunque muy joven para un viejo como yo "Quiero hablar con Ino y Kenji Hiroyama." Con gesto afable me invito a ponerme comodo mientras los llamaba. Los carteles de neón rosa me estaban cegando, el mas llamativo ponía "Red Lamb" que parecía ser el nombre y que seguramente cargue connotaciones bíblicas, como ya sabeis no soy creyente, sin embargo Kaiko me enseño a ser tolerante hasta el punto de ponerme en los zapatos del progimo, y no podía evitar que me resultara repulsivo que el nombre de un prostíbulo haga referencia aunque no fuese mi religion.
Tras unos minutos, casi ciego por las luces y con un dolor de cuello de rechazar a tantas prostitutas que ofrecían su servicio 2 gorilas aparecieron para llevarme con los hermanos Hiroyama. Llegue a su despacho, tome asiento y sin dejar pasar un minuto mas me presente y comencé con el interrogatorio. Los hermanos eran personas bastante frías, unos auténticos mosquitas muertas, "Que sabéis de este símbolo." pregunte mientras les enseñaba la libreta con el dibujo, "parece el símbolo de los iluminados, si asi es, es el timón de Dios, representa el poder y la soberanía de Dios sobre nosotros así como la protección que debe obligatoriamente proporcionarte el capitán de un barco." tome nota y de inmediato les pregunte si pertenecían a esa secta de radicales, ellos se lanzaron una mirada el uno al otro, sonrieron y lo admitieron "Quedan ustedes detenidos por terrorismo y crimen organizado." se rieron en mi cara puesto que detrás mio uno de sus gorilas, un tal Rocco tenia una Colt Python apuntándome a la cabeza, levante mis manos y escuche como daban la orden para liquidarme, cerré los ojos y escuche varios estruendos, no me atrevía a abrirlos ¿estaba muerto? ¿era esto el mas allá? comenzó a hacer frío, un frío característico de la presencia de un viajero...al parecer si había muerto pero cuando tuve el valor de abrir mis ojos, Ino, Kenji y Rocco yacían en el suelo y en el escritorio del despacho se encontraba sentado Danie riéndose de forma chulesca "Debías haberte visto la cara, pensé que en cualquier momento ibas a llamar a tu mami, hahaha."
Mientras la policía se llevaban a los 4 detenidos descubrieron que también se dedicaban al trafico de drogas, armamento y personas así que sin perder mas tiempo solicitaron la orden para cerrar el maldito local de una vez por todas. Yo me encontraba con Danie, no podía evitar dibujar una pequeña sonrisa en mi rostro, ese capullo que tanto odiaba me había salvado el culo. Le pregunte por que había vuelto "Me había ido de la ciudad, pero un aroma que nunca había olido antes golpeo mi nariz, algo bastante extraño, así que intente transportarme al origen del olor y encontré a esos tíos a punto de matarte y sin perder mas tiempo los neutralice, el olor era tu miedo, nunca había olido tu miedo, es totalmente distinto al miedo convencional." la sonrisa se me borro "Danie, el señor Fudo me contó que cada vez que un viajero utiliza sus habilidades pierde cierto tiempo de vida, es eso cierto?" su sonrisa disminuyo me miro a los ojos y dijo "Si, es cierto, pero no me importa, lo uso constantemente, alguien que ya esta muerto no puede temerle a la muerte." sus palabras helaron mi sangre, atravesamos un silencio mas o menos incomodo hasta que soltó una risa y me entrego un papel que había cogido del despacho del local, en el se veía el dibujo del timón de Dios, una dirección y una fecha, era la próxima reunión que celebrarían los miembros de la secta. Inmediatamente avise a Nomura para que comenzase los preparativos, íbamos a acabar con todos esos bastardos.
Danie y yo nos dirigimos al Yokai´s para poner a Fudo al día, se que es bastante poco profesional para un policía involucrar de esta manera a un civil, pero no estoy en el caso, técnicamente no tengo acceso a toda esta información y solo la conozco como un civil que estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado. Bajamos del taxi, el olor de orina característico del lugar pateaba mis fosas nasales ya casi acostumbradas, sin embargo habitaba un silencio que no era para nada propio del sitio, entramos al establecimiento y estaba todo destrozado, agujeros de balas por todas partes, fuimos corriendo al despacho de Fudo y ahí estaba, tendido en el suelo casi flotando en un charco de su propia sangre con la que habían dibujado el timón de Dios y sobre el una nota escrita con tinta roja "Los iluminados somos la mano de Dios, sus representante en la tierra, si cortas uno de sus dedos recuerda que tiene otros 4 dispuestos a aplastarte como un insecto." Danie se encontraba al mi lado, arrodillado en el charco de sangre que se mezclaba con sus lagrimas junto a Fudo, es comprensible, se había encargado de el desde que no era mas que un niño, era la única figura paterna que tuvo, su mirada en llamas clamaba venganza "Quiero comerme los corazones de esos malnacidos."
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