El Eclipse de Ariete
Corría el año 1969, la humanidad había atravesado muchos
cambios, con el final de la 2da Guerra Mundial la ideología política, social y económica
había evolucionado. Para procurar la paz mundial se decidió instaurar un
sistema que dictaba que el planeta completo estaría administrado bajo el poder
de un solo gobierno, El Ojo del Alba y su ejército de acólitos “las 10000 túnicas
carmesíes”.
Todo el poder tecnológico y económico yacía bajo una misma
mano, el mundo se había envuelto de un progreso que lejos de mejorar sus
niveles de vida provoco un estilo de vida elitista, clasista y autoritario. Los
hombres ya no viajaban en barcos, la ciencia había descubierto un elemento que
funcionaba como combustible para unos vehículos enormes que podían transportar
a más de 100 personas no solo a través del aire, sino a través de las
estrellas. Obviamente no todo el mundo podía permitirse viajar, ya que no solo
era necesario el poder adquisitivo de una persona sino también la autorización del
gobernante. Todas aquellas personas que se atrevieran siquiera replicar una
nave o usar de manera no autorizada el potente elemento combustible era ejecutado
o exiliado a alguna de sus terribles cárceles en la luna.
Ese era el caso de nuestro protagonista, Ichabod Harlem, había
sido sentenciado a 300 eones en la Atalaya Celeste, una prisión de máxima seguridad
ubicada en el lado oscuro de la luna, la razón? El Ojo del Alba había incautado
2 núcleos de Plunium, el material más codiciado de la tierra y que bajo ningún concepto
podía ser usado por un civil. Lo que el gobierno no sabía era que Ichabod había
construido su propio navío estelar, el Eclipse de Ariete, él quería huir de la
tierra y de ese enfermo y decadente gobierno que a tantas personas había oprimido.
Pero el Señor Harlem no siempre había sido un revolucionario,
antes siquiera de empezar con la construcción de su propia embarcación, el pertenecía
a las 10000 Túnicas Carmesíes, él había visto todas las atrocidades que habían cometido
en primera mano, muchas de ellas habían sido cometidas con su propia espada. El
siempre cuestiono los métodos con los que habían sido entrenado durante 10 años
en la escuela Amanecer Carmesí, pero lo que realmente consiguió abrir sus ojos
en su totalidad fue cuando el gobierno le mando a ejecutar a su propio padre
por un crimen que al parecer no había cometido. Como era de esperar Ichabod se negó,
y recibió un castigo ejemplar, se le azoto 87 veces, una por cada niño que había
violado y asesinado su padre, luego se le extrajo un ojo y en su lugar se le
coloco una prótesis que permitiría que agentes del gobierno supieran cada uno
de sus movimientos y por último se le fue entregada la prótesis de acero plunio
que usaba su padre como columna vertebral después de haber perdido la suya
propia en una batalla durante la 2da Guerra Mundial.
Tras esto, Harlem robo varios planos del navío del gobierno
y junto con 20 de sus compañeros de los cuales 7 eran infiltrados de la
Resistencia del Anochecer de la Esperanza construyeron a espaldas del gobierno
en un hangar espacial abandonado el navío que hoy en día se conocería como el
Eclipse de Ariete. El día antes de la instalación de los últimos 2 núcleos de
Plunio, El Ojo del Alba atrapo a 13 de los ingenieros que orquestaban la
gloriosa huida, fueron ejecutados, pero antes de que ejecutaran a uno de ellos
en su miseria y como últimas palabras de vida dijo “Ichabod”.
El gobierno desconocía totalmente las intenciones de Ichabod
ni mucho menos que tenía que ver el en el asunto de los robos de los planos y
los núcleos, pero para no escatimar en seguridad, se le sentencio al exilio en
la Atalaya Celeste. Ichabod, para evitar ese fatal destino decide huir del
calabozo del Ojo del Alba junto con otros 5 presos. La fuga fue realmente difícil,
uno de esos presos murió por la estocada de un miembro de la guardia e Ichabod perdió
una pierna a manos de otro acolito, pero resulto exitosa y consiguieron llegar
al antiguo hangar donde zarparon rumbo a las estrellas.
El gobierno no permitiría una ofensa como esa, así que tras
ellos envió un equipo de cazas orbitales que fueron patéticamente destruidos
gracias a los cañones del Eclipse. Ichabod gravemente herido fue atendido por
Hermmel, un médico que, tras la llegada del nuevo gobierno tuvo que ejercer de
herrero, quien tras estabilizarle y construirle una prótesis para su pierna,
forjo dos espadas que Ichabod bautizo como Icaro y DaVinci hechas con el acero de la columna de su padre como muestra de
agradecimiento por dejarle ir con él. Tras ese día, el Eclipse viajo sin rumbo
por las estrellas con una tripulación a bordo bajo el mando del legendario Capitán
Ichabod, quien juro volver algún día a la tierra con el poder de acabar con el
nuevo orden mundial que se había instaurado.
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